jueves, 25 de marzo de 2010

La Verdadera Navidad

Desde hace ya muchos años se acostumbra a efectuar regalos en época de navidad. Pero esa no es la verdadera razón de la Navidad.

El Evangelio según San Juan nos presenta el nacimiento de Cristo de una forma distinta a los otros tres evangelistas: Mateo, Marcos y Lucas. No nos cuenta que Jesús nació en un pesebre, que fue visitado por pastores y reyes magos, que ocurrió la matanza de niños por orden de Herodes ni que fue llevado a Egipto. Lo que Juan 1:1 nos relata es que
“en el principio era el Verbo (Jesús), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”.

Y en Juan 1:14-16 nos revela que
“aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad… porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia”.

Así que el Hijo de Dios fue hecho carne y se hizo hombre. De esta forma, Dios se hizo visible de una manera única y nueva a través del Hijo que lo dio a conocer. Este ser divino estaba lleno de gracia y de verdad, y de esa plenitud hemos recibido gracia sobre gracia… misericordia sobre misericordia. Esa es la verdadera Navidad.

Este Verbo descendió del cielo así como descendió el pan en tiempos del Éxodo. Este Verbo se hizo carne y el pan que Él dará es esa misma carne. Aquel que comiere de su carne y bebiere de su sangre, tendrá vida eterna (Juan 6:48-58).

Por lo tanto, la Navidad (el nacimiento de Jesús) consiste en que el Padre ha enviado a su único hijo para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16). He ahí lo que toda persona debe recordar cada año; no el nacimiento de Jesús por sí mismo, sino que la vida que estaba naciendo aquel día sería la misma que iba a entregar más tarde en la cruz en rescate por muchos: usted y yo. Ese es el mejor regalo de la verdadera Navidad.

Bendiciones.

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viernes, 11 de diciembre de 2009

Jesús, el Buen Pastor

Jehová dijo en una oportunidad que Israel (como ovejas) estaba siendo guiada por pastores que se apacentaban a sí mismos, no fortalecían a las débiles ni curaban a la enferma sino que se habían enseñoreado de ellas con dureza y con violencia.

Continúa el libro de Ezequiel en su capítulo 34, versículos 11 y 12:
“He aquí yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré […] y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad”.

Vino el cumplimiento de la profecía en Jesucristo. De esta forma, el Evangelio Según San Juan nos revela en el capítulo 10, versículo 1-21, que precisamente Jesús es el buen pastor que el pueblo había estado esperando. Nuestro Señor dijo:
YO SOY el buen pastor, el buen pastor su vida da por las ovejas […] y conozco mis ovejas, y las mías me conocen”.

Eso no es todo. Jesús nos da la esperanza y prosigue señalando que también tiene otras ovejas que no son de este redil (el pueblo judío) y que a aquellas también debe traer… esas ovejas somos usted y yo. ¡Toda la gloria sea para Dios!

¿Desea saber más? Aquéllas (que somos nosotros) también oirán la voz del buen pastor, nuestro Señor Jesucristo, y juntos (judíos y nosotros) habrá un rebaño y un pastor.

¿Escucha la voz del buen pastor? Si escucha en estos momentos el llamado de Jesús, es porque pertenece al redil. Sólo siga el camino que Él ha trazado para usted y para mí y todo aquel que en Él cree. Amén.

Aún nos resta un comentario más. En Juan 10, Jesucristo dice:
“El buen pastor su vida da por las ovejas […] por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo”.

No fueron los judíos ni los romanos quienes le quitaron la vida. Fue Jesús quien dio Su vida y murió crucificado, para luego volver a tomarla en Su resurrección al tercer día.

¿Por qué lo hizo? Para cargar sobre Sí mismo los pecados de todos quienes en realidad debían cargarlos.

Llegamos, entonces, a una mejor pregunta: ¿Por quién lo hizo o quiénes son aquellos que debían cargar sus propios pecados? La respuesta: las ovejas. En otras palabras, aquellos que oyen la voz del buen pastor y lo siguen fuera del redil por la puerta hacia donde hallarán pastos, aquellos que serán salvos. Aún en otras palabras, USTED y YO.

Porque de tal manera amó Dios a usted y a mí, que ha DADO a su único Hijo, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Sólo nos queda oír la voz de nuestro pastor Jesucristo, caer de rodillas ante Él, seguir por el camino que Él ha trazado y darle toda la honra y toda la gloria y decir: “Jesús, tú eres mi buen pastor.

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domingo, 29 de noviembre de 2009

TORMENTA EN LA BIBLIA

Las actividades más violentas de la naturaleza generalmente se asocian con las tormentas de lluvia y granizo. En general la incidencia de las tempestades de lluvia y los chaparrones violentos ocurren al comienzo de la estación de las lluvias, o al comienzo de cada temporada de lluvia durante los meses más frescos. Las tormentas eléctricas son más frecuentes en nov. y dic., y ocurren más comúnmente en el valle del Jordán. El granizo es frecuente con los truenos entre dic. y marzo. La Escritura describe gráficamente sus desastrosos efectos en los sembrados (Sal. 78.47; Is. 28.2; Ez. 13.13–14; Hag. 2.17).
Ezequiel 13:13 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Haré que la rompa viento tempestuoso con mi ira, y lluvia torrencial vendrá con mi furor, y piedras de granizo con enojo para consumir. 14 Así desbarataré la pared que vosotros recubristeis con lodo suelto, y la echaré a tierra, y será descubierto su cimiento, y caerá, y seréis consumidos en medio de ella; y sabréis que yo soy Jehová.

Las tormentas de viento que barren el mar de Galilea están gráficamente registradas en los episodios de Mr. 4.37ss, y tal vez en la parábola de la casa construida sobre fundamento pobre en alguna zona anegadiza seca.
Mateo 7:26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

Dios hablaba en los truenos (Ex. 9.28; 19.16, 19; 1 S. 7.10; 12.18; Job 37.1–5; Sal. 18.13; 29.3–9; 104.7), así como juzgaba en el terremoto (Jer. 4.24–26; Nah. 1.5). Los hebreos, al comprender que “tu gloria pasó por las cuatro puertas de fuego y terremoto y viento y hielo” (2 Esdras 3.19) tuvieron que aprender, no obstante, que Yahvéh se les revelaba más en el éxodo que en la tormenta y el terremoto. Esta por cierto fue la experiencia de Elías, que tuvo conciencia del “silbo apacible y delicado” como algo más expresivo de la presencia y el poder divinos que el terremoto, el viento y el fuego.
1 Reyes 19:11 El le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. 12 Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. 13 Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Certeza.

lunes, 9 de marzo de 2009

Las Dos Caras de la Moneda

Hay quienes dicen que Cristo nos hizo libres… lo cual es una gran verdad. Nuestro Señor liberta del pecado. Al morir el Hijo en la cruz, cargó sobre sí todos los pecados del mundo, nos reconcilió con el Padre, nos liberó de esa carga del pecado y si creemos recibimos el Espíritu Santo. Así lo dijo Jesús en Mateo 11:28: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”.

Pablo nos dice (como les escribió a los romanos): ¿Acaso no saben que si se someten a alguien como esclavos y le obedecen se convierten en esclavos de ese alguien? (Romanos 6:16). Todos somos siempre esclavos, aunque libres al mismo tiempo.

De esta forma, sin Cristo en nuestras vidas, obedecemos y servimos al pecado. Luego, por una cara de la moneda somos esclavos del pecado y, por la otra, somos libres de la justicia, es decir, de Dios. Esto no lo recomiendo porque la paga por ser esclavos del pecado es la muerte (y de la eterna).

Ahora bien, con la gracia de Dios en nuestras vidas, obedecemos y servimos a la justicia, esto es, a Dios. Por ende, esta vez, por una cara de la moneda ¡somos libres del pecado!, aunque por la otra ¡somos siervos de Dios y le debemos obediencia!

Esto sí es recomendable porque la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23). Sea toda la gloria a Dios.

Qué interesante que el pecado pague con muerte como si le estuviésemos trabajando y ese fuese nuestro salario… en cambio lo de Dios es una dádiva, un regalo, un obsequio, un presente. “La gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Juan 1:17).

Es maravilloso servir y someterse al Señor. Es maravilloso que al estar en las manos de Dios tenemos con quién compartir la felicidad y la tristeza. Cuando estamos felices, damos gracias a Dios; cuando estamos tristes nos aferramos a Su poder. Cuando nos sentimos solos y desamparados, volteamos la mirada donde se encuentra Jesús y nos damos cuenta que Él nunca se había apartado, y nuestro corazón comienza a arder por esperanza de un cielo nuevo y una tierra nueva (Apocalipsis 21:1) donde iremos a morar por toda la eternidad.

Señor, ayúdame a servirte mejor...

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martes, 17 de febrero de 2009

Lección de Fe N° 1: "¿Quién es Dios?" (2a Parte)

Cita bíblica:
1 Reyes 18:34
34 Y dijo Elías: Llenad cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; y lo hicieron la tercera vez, 35 de manera que el agua corría alrededor del altar, y también se había llenado de agua la zanja. 36 Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. 37 Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios.


La palabra Elías significa "Jehová es Dios". Ahora, este es el meollo del asunto. Que lo que Elías estaba haciendo no era simplemente demostrar su acceso a un gran poder sino que Elías estaba diciendo: “Lo importante es que a través de mí, el pueblo sepa quién es Dios”.
La idea es que Dios pone a las personas en la cultura para que hagan lo que Dios les llama a hacer a su tiempo y en su lugar para que el pueblo sepa quién es el Dios verdadero.

Cita bíblica:
38 Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. 39 Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!


¿Se dan cuenta de lo que estaban diciendo? ¡Elías! ¡Elías! Y me encanta esa conexión porque en un sentido en ese momento ver a Elías en acción fue reconocer a Dios.

Lección de FE:
Si ver a Elías era reconocer a Dios, si el mundo nos mira, ¿podrán ver a Jesucristo en nuestras vidas?
Pongámonos en acción para que el mundo vea quién es Dios a través de nosotros.

lunes, 9 de febrero de 2009

Lección de Fe N° 1: "¿Quién es Dios?" (1a Parte)

Cita bíblica:
1 Reyes 17:1
Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.



En tiempos del rey Acab, Baal era el dios de la lluvia insertado por la reina Jezabel. Con esto, el pueblo paulatinamente comenzó a adorar a Baal y a Asera. Es aquí cuando, por primera vez, entra en escena un nuevo profeta. De hecho, podríamos decir que es el primero de los grandes profetas.

Ahora, necesitamos apreciar lo que él dijo. No se trata sólo de que Elías diga: Bueno, Dios los va a disciplinar quitándoles la lluvia. Se trata de que el dios que ellos están buscando sea el Dios de la lluvia. Y lo que Elías
está haciendo, o lo que Dios está haciendo, es demostrar su poder sobre el de Baal, diciendo: Dios es más grande que eso. Así que Dios iba a eliminar lo mejor que Baal podía ofrecer. Ya no iba a llover. Para un adorador de Baal eso creaba una crisis de identidad, porque si Baal era el dios de la lluvia y ya no iba a llover: ¿Quién o qué es Baal? Ése es el punto.

Elías se levantó frente al pueblo y dijo: “¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos?”. Elías no estaba confrontando a un pueblo que había rechazado completamente al Dios de la Biblia sino a un pueblo que le estaba añadiendo el dios de su propia creación al de la Biblia. Y Elías dice: “¿Hasta cuándo
claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él.” Algo muy interesante que encuentro en ese punto y que también es muy triste es la siguiente línea de ese
versículo que dice: “Y el pueblo no respondió palabra.” El pueblo no dijo nada.

Lección de FE:
¿El mundo actual está claudicando entre dos pensamientos?
¿Qué estamos haciendo al respecto?
¿Estamos nosotros entre dos pensamientos: adorando a Dios y afanándonos en otras cosas?

domingo, 25 de enero de 2009

Influenciar o Ser Influenciado por Hno. Gonzalo Guerrero

La Iglesia está inserta en la sociedad y ha sido llamada a impactarla. Hoy podemos decir que la influencia es recíproca: la sociedad da forma a la religión, la cual a su vez da forma a la sociedad. ¡Esto es un error! Tristemente, hemos dado espacio al “mundo” dentro de la Iglesia, y la Iglesia somos usted y yo.
El mensaje de Jonás para que Nínive volviera su rostro a Dios, provocó que 120.000 personas se vistieran de cilicio y se sentaran en cenizas arrepentidos de sus pecados. Este es un mensaje que transformó la sociedad. La decisión de Moisés de enfrentar a Faraón, para que dejara libre a Israel… también cambió en un 100% la vida de más de seiscientos mil esclavos. (Éxodo 12:37)
Hoy la Iglesia ha impactado a la sociedad sólo en algunos ámbitos. Así, unas semanas atrás hubo un reportaje por televisión sobre el cambio vivido en una cárcel de Santiago, donde se puede ver un sector del penal totalmente evangelizado.
En muchos países, sin embargo, encontramos claras evidencias de una Iglesia impactada por la sociedad que la rodea. Las razones son diversas y hemos sufrido el efecto negativo que el pensamiento de la sociedad nos ha impregnado. Y una Iglesia moldeada y ensuciada por una sociedad posmoderna es el claro resultado de no atender a la advertencia que el Señor entregó a Jeremías para el pueblo: «Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás, y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti y tú no te conviertas a ellos» (Jeremías 15:19).
Iglesia, no perdamos terreno; debemos extender nuestras estacas para nosotros impactar a la sociedad llevando el mensaje de Cristo… Recuerde, el mundo ya no se impacta viendo iglesias llenas, el mundo se impactará cuando usted haga llover ahora mismo.§

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