sábado, 3 de enero de 2009

Espada Contra Espada por Hno. Erick Vásquez

¿Es importante leer las Escrituras? Aunque usted y yo estemos de acuerdo en que sí lo es, podemos diferir en el por qué.

Usted dirá que por medio de la Palabra uno recibe vida eterna, fuerza, consuelo, esperanza, consejo, amor, disciplina, cercanía con Dios; y todo lo maravilloso que se siente al escudriñarla. ¿No es verdad? No me mal entienda, porque opino lo mismo.

Pero no comparto que alguien diga: “Las Escrituras son importantes, pero es más importante lo que nuestro corazón sienta cuando oramos o cantamos”. ¿Acaso nuestro corazón no se conmueve cuando leemos Juan 4:14 ó Mateo 6:25-34?

¿Recuerda cuando Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado? ¿Se imagina a Jesús diciéndole a Satanás que su corazón estaba lleno del Espíritu de Dios y que por ese motivo tenía la victoria de su lado? Bueno, ¡eso fue precisamente lo que ocurrió! Pero no lo hizo con palabras improvisadas del momento sino que lo hizo citando las Escrituras, que son palabras eternas.

Mateo 4:1-10 nos revela que las tres tentaciones consistieron en verdades bíblicas. ¿Qué hizo Jesús? Tendió su Espada y le dijo: “Escrito está”. Maravilloso, ¿no? Satanás lo volvió a atacar con espada y le dijo: “Escrito está”. Jesús tendió nuevamente su espada y replicó: “Escrito está”. Y una última vez : “Escrito está”.

Jesús venció y demostró que estaba lleno del Espíritu de Dios porque supo qué decir y de dónde extraerlo: ¡las Escrituras!

Entonces, cuando alguien lo vea en una dificultad y le diga: “Si eres hijo de Dios, ¿por qué estás sufriendo? ¿Por qué Él hace pasar a los Suyos por ese problema que los tiene casi en la ruina?”, como si sacasen la Espada y dijesen: ¿La Palabra no dice que “los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien?” (Romanos 8:28)

Hermano, ¿qué dirá usted? “Escrito está: Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”. (Romanos 5:3-5)

Será lo que de verdad usted siente y estará respaldado por la Palabra... que será su Espada.



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